sábado, 14 de octubre de 2017

Siempre se repite la historia ...


La primera república catalana de Pau Claris, declarada entre el 17 y el 23 de enero de 1641, acabó con la sumisión y entrega de la república al rey de Francia.
Pau Claris i Casademunt (Barcelona, 1586 - 1641), canónigo de la Seo de Urgel y presidente de la Diputación del General de Cataluña, tuvo un como objetivo poner Cataluña bajo la soberanía del rey Luis XIII de Francia. El 26 de enero de 1641, un ejército franco-catalán derrotó al ejército español en la batalla de Montjuic. Pau Clarís murió repentinamente un mes después de la victoria, supuestamente envenenado por agentes del rey de España.
El 13 de abril de 1931 proclamaba la segunda República en Cataluña Francesc Macià, horas antes de que se proclamara la República en España. La hostilidad política y social que generó en España, comparando el autogobierno catalán con la independencia de Cuba, se resolvió alcanzando un acuerdo por el que Macià renunciaba a la República Catalana a cambio del compromiso del Gobierno provisional de que se aprobase en las futuras Cortes Constituyentes un estatuto de autonomía para Cataluña, y que el Gobierno de Cataluña utilizaría en adelante la denominación de Generalitat.
La tercera república catalana fue proclamada por Lluís Companys el 6 de octubre de 1934: “En esta hora solemne, en nombre del pueblo y del parlamento, el gobierno que presido asume todas las facultades del poder en Cataluña, proclama el Estado Catalán de la República Federal Española, y al establecer y fortificar la relación con los dirigentes de la protesta general contra el fascismo, les invita a establecer en Cataluña el gobierno provisional de la República, que hallará en nuestro pueblo catalán el más generoso impulso de fraternidad en el común anhelo de edificar una República Federal libre y magnífica”.
Y la respuesta de la guarnición del ejército establecida en Barcelona, bajo el mando del Capitán general de Cataluña Domingo Batet, un nacionalista catalán moderado y fiel al régimen republicano establecido en España, no dejó lugar a dudas, y consiguió dominar la situación con 46 fallecidos. El presidente y el gobierno de la Generalidad fueron juzgados por el Tribunal de Garantías Constitucionales y fueron condenados por rebelión militar a treinta años de prisión.
La declaración de Carles Puigdemont en el Parlament de Cataluña, donde declaró la independencia para acabar pidiendo suspender sus efectos poco después, parece no gustar a ERC y la CUP. No quieren una república en diferido …
Es obvio que la Historia del 34 podría repetirse …

Mark de Zabaleta

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