martes, 28 de octubre de 2014

Mark de Zabaleta: el desempleo sigue...



Stiglitz lo tiene claro: la Austeridad ha fracasado, como el Euro.
La austeridad ha sido un desastre total y absoluto, más evidente cuando las economías de la Unión europea se enfrentan al estancamiento con un desempleo que persiste en niveles récord.
Los países más afectados están en Depresión. No hay otra palabra para describir Economías como la española o la griega donde casi una de cada cuatro personas no puede encontrar trabajo.
Decir que la medicina está funcionado porque la tasa de paro se ha reducido en un par de puntos porcentuales, o que se puede ver un atisbo de crecimiento, es similar a que un barbero medieval diga que la sangría está funcionando porque el paciente todavía no está muerto…
Alemania está obligando a otros países a seguir políticas que debilitan sus Economías (y sus democracias). Cuando los ciudadanos votan por un cambio y se les dice que los asuntos económicos se deciden en otra parte, o que no hay otra opción, tanto la democracia como la fe en el proyecto europeo se deterioran.
El multiplicador del presupuesto equilibrado podría ser alto si llevase a que los impuestos graven a los ricos y los gastos beneficien a los pobres, pero Francia está bajando los impuestos a las sociedades y reduciendo el gasto público, receta que debilita su Economía, pero que es buena para Alemania…
¿España no está haciendo algo muy parecido?
Todo el sufrimiento en Europa, infligido al servicio de un artificio hecho por el hombre, el Euro, es trágico por ser innecesario…
Lo dice Stiglitz, un premio Nobel…

Mark de Zabaleta


sábado, 18 de octubre de 2014

Volvamos a Keynes...





El socialismo implica, en teoría, una planificación y una organización colectiva real de la vida social y económica.
La receta de Keynes para salir de la crisis consiste en reducir el desempleo mediante el aumento de la Demanda Global, incrementando el Consumo al bajar los impuestos directos: los ciudadanos disponen de una mayor renta para incrementar su gasto, y Ampliar el gasto público, que refuerza e impulsa directamente esa demanda global.
Ciertamente se generaría un Déficit Público que sería cubierto mediante emisiones de deuda pública, que habría que colocar en los mercados a tipos de interés competitivo… los costes financieros subirían y la divisa sufriría una revaluación que acabaría en una pérdida de competitividad.
La solución es devaluar su moneda, pero Keynes no contaba con el invento de la Zona  Euro, que impide devaluar a sus integrantes…
Keynes estudió que los mercados no generarían automáticamente el pleno empleo y que durante las crisis económicas podría haber largos periodos de paro a gran escala. Sostenía que el Gobierno tenía el deber de aliviar el sufrimiento de los parados aumentado la demanda agregada de bienes y servicios.
“No hacemos nada porque no tenemos el dinero necesario”, decía Keynes en 1930 a un comité gubernamental que investigaba las causas de la crisis económica. “Pero es precisamente porque no hacemos nada por lo que no tenemos dinero”.
Existe un interesante artículo suyo que puede servir de referencia para nuestra política económica y que se titulaba: La Autosuficiencia Nacional, escrito en 1933 y publicado en la Yale Review, en plena crisis económica. Allí afirmaba: “Como la mayoría de los ingleses, he sido educado en el respeto del libre cambio”. Pero “mis esperanzas, mis preocupaciones y mis temores han cambiado”, en forma similar a lo que le ocurría a la mayor parte de su generación en el mundo entero. Ahora no estaba “persuadido de que los beneficios económicos de la división internacional del trabajo sean comparables a lo que fueron”, aunque un nivel elevado de especialización internacional continuaba siendo necesario en un mundo racional.
Sin embargo, para una gama de más en más extendida de productos industriales, e incluso agrícolas, Keynes no creía que las pérdidas económicas debidas a la autosuficiencia “sean superiores a las ventajas” que pueden obtenerse en el marco de una misma organización económica y financiera nacional. Y proclamaba: “Produzcamos en nuestro país cada vez que sea razonable y prácticamente posible, y sobre todo, hagamos lo necesario para que las finanzas sean nacionales”.
El socialismo en España ¿es Keynesiano?

Mark de Zabaleta

lunes, 13 de octubre de 2014

Mark de Zabaleta recuerda a lennon

"La vida es lo que te pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes." John Lennon

Mark de Zabaleta: la Crisis de los Tulipanes en 1637...

Aunque parezca extraño, existe una crisis económica famosa anterior a la Gran Crisis (Wall Street) de 1929 y a la Crisis (del ladrillo) de 2008, la Crisis de los Tulipanes en 1637. Ha habido muchas crisis, pero trataremos de analizar estas tres para buscar las razones…y las soluciones aplicadas en cada caso.
Cuando el Tulipán llega a Holanda a finales del siglo XVI (cuentan que fue el embajador alemán en Turquía quién trajo esa flor), y lo que al principio era un lujoso elemento decorativo en algunos palacios de la aristocracia pasó a ser codiciosamente deseado por toda la burguesía.
Con el paso del tiempo el tulipán se convirtió en un símbolo de avance social, incluso estaba mal visto no poseer una colección de tulipanes, principalmente en Alemania y Holanda.
Ante la gran demanda de tulipanes el precio fue disparándose año tras año, lo que cautivó a los inversores de la época que decidieron invertir en este nuevo producto.
Tal fue la demanda, que los bulbos de tulipán empezaron a negociarse en la Bolsa de Amsterdam en el año 1636, y de este modo  entraron en el negocio agentes y todo tipo de especuladores que vieron en el tulipán una oportunidad de hacer grandes negocios.
Los compradores se endeudaban y se hipotecaban para adquirir las flores, y llegó un momento en que ya no se intercambiaban bulbos sino que se efectuaba una auténtica especulación financiera mediante notas de crédito (en los años 1600 ¡!).
En 1623 un sólo bulbo podía llegar a valer 1.000 florines neerlandeses: una persona normal en Holanda tenía unos ingresos medios anuales de 150 florines. Se conservan registros de ventas absurdas: lujosas mansiones a cambio de un sólo bulbo…
En 1637, el 5 de febrero, un lote de 99 tulipanes de gran rareza se vendió por 90.000 florines: fue la última gran venta de tulipanes. Al día siguiente se puso a la venta un lote de medio kilo por 1.250 florines sin encontrarse comprador.
Entonces la burbuja estalló. Los precios comenzaron a caer en picado y todo el mundo vendía y nadie compraba. Se habían comprometido enormes deudas para comprar flores que ahora no valían nada.
Las bancarrotas se sucedieron y golpearon a todas las clases sociales. La falta de garantías de ese curioso mercado financiero, la imposibilidad de hacer frente a los contratos y el pánico llevaron a la economía holandesa a la quiebra.
La oferta de un bien de lujo, escaso y de alto precio, se convierte en un verdadero signo de distinción que todos (clientes y especuladores) querían comprar y los banqueros querían financiar (con la garantía de los tulipanes !). Hasta se cotizaba en Bolsa y se negociaban contratos “futuros” de venta de estos bulbos de tulipán = especulación.
El precio se mantuvo alto porque interesaba a todos, los aristócratas y burgueses que mostraban su riqueza, los especuladores, los inversores, los banqueros…hasta que la necesidad de liquidez de vendedores (que bajan precios porque necesitan dinero inmediato para pagar algo) o de compradores (ya no tienen capacidad para gastar más porque están muy endeudados)…saca a flote la cruda realidad de un mercado sobrevalorado ¡
Mark de Zabaleta

domingo, 12 de octubre de 2014

Mark de Zabaleta: son Insensatos...



Santo Tomás de Aquino dejó un gran legado y aportó importantes reflexiones. Una de sus célebres frases nos acerca su filosofía de adquisición del conocimiento que: “Teme al hombre de un solo libro”.
¿Cómo ha llegado España a esta situación económica? ¿Han sabido nuestros políticos leer,  escribir, algún libro?
Erasmo de Rotterdam nos habló de la  Importancia política de la Estulticia  ( Estupidez) cuando en 1511 publicó su “Elogio de la locura” , del que ya hablamos en su día …
Pero ya en el siglo XIII  Tomás de Aquino supo organizar el conocimiento de su tiempo…
“Todo conocimiento, mantenía, tiene su origen en la sensación, pero los datos de la experiencia sensible pueden hacerse inteligibles sólo por la acción del intelecto”
Y hablando de “intelectuales”, Tomás de Aquino realizó un completo estudio sobre los tontos y la tontería descubriendo que: “stultorum infinitus est numerus” o sea, que hay muchos.
El santo describe varios  tipos de tontos, los efectos que se derivan de cada uno de ellos e incluso aporta algunas curiosas soluciones para sanar la tontería… no es lo mismo un insipiente (falto de sabiduría o ciencia) que un estólido (falto de razón y discurso); resulta más problemático, por ejemplo, tratar con un fatuo (el tonto que se cree listo) que con un necio (el tonto que no sabe que lo es) y desde luego es toda una tragedia depender de un insensato (un fatuo que, además, tiene poder).
Tomás de Aquino aconseja obras de misericordia para evitar la propagación de la tontería: "soportar a los molestos", "enseñar al que no sabe" y "dar buen consejo al que lo ha menester" y en cuanto a los remedios propone el estudio, la deliberación y, en casos difíciles… la oración.
No me negarán lo inquietantes y actuales que resultan las observaciones de un filósofo del siglo XIII…¡que nos alerta sobre el peligro de que nuestra economía esté dirigida por insensatos ! Seguro que saben asignar estos perfiles…


Mark de Zabaleta