jueves, 18 de junio de 2015

Mark de Zabaleta: la crisis de loa Tulipanes...

 
Mucho escuchamos hablar del crack bursátil de 1929, que se convirtió en la gran crisis económico-financiera mundial. Muchos recuerdan hoy aquella época y han intentando volver a explicar para compararlo con lo que sucede por estos días. Pero no fue esa la primera crisis bursátil, y menos la primer burbuja financiera que se pinchó.
En el siglo XVI la euforia especulativa se desató con el tulipán. Así es, los holandeses se volvieron locos con la flor que les haría pasar a la historia, y por la que llegaron a pagar precios desorbitantes. Los tulipanes llegaron a Europa Occidental a finales del siglo XVI, y en un principio no eran demasiado populares, ya que en su estado natural no es una flor especialmente atractiva. 
Sin embargo, tras verse afectadas por un virus, empezaron a surgir una gran variedad de colores y una forma, irónicamente, más agradable, lo que provocó un creciente interés por ellos. Claro está que para que sucedan situaciones como aquellas, el clima económico y social debe ser propicio, y así fue que la boyante situación económica en Holanda, derivada de su gran actividad comercial, hizo el resto; y a principios del siglo XVII, los bulbos de tulipán se convirtieron en piezas de coleccionista.
El problema fue que la producción de tulipanes no pudo crecer de igual manera para satisfacer la creciente demanda. Hay que esperar siete años para obtener un tulipán desde el momento en que se planta la semilla. Y mientras los bulbos pueden producir dos o tres clones anualmente, el bulbo madre solo dura unos pocos años. Con este contexto los precios crecieron de manera constante durante la década del 1630, cada vez que más especuladores entraban en el mercado, incluso había gente del pueblo llano que llegaba a hipotecar sus casas para poder inventir en el mercado.(Cualquier semejanza con la actualidad no es mera coincidencia...)
En 1633, se intercambió una granja en Hoorn, por tres bulbos extraños. Con la locura generada por el nuevo gran negocio se llegó a crear un mercado de futuros de bulbos, en el cual se vendían tulipanes que solamente se habían acabado de plantar y en algunos caso ni tan siquiera. Las compras y ventas en este mercado se llevaban a cabo en tabernas, jamás se llevó a cabo en el Mercado de Valores de Amsterdam, sino que en cierta manera corría al margen de la economía oficial.
En 1637, el 5 de febrero, un lote de 99 tulipanes de gran rareza se vendió por 90.000 florines: fue la última gran venta de tulipanes. Al día siguiente se puso a la venta un lote de medio kilo por 1.250 florines sin encontrarse comprador. Entonces la burbuja estalló. Los precios comenzaron a caer en picada y no hubo manera de recuperar la inversión: todo el mundo vendía y nadie compraba. Se habían comprometido enormes deudas para comprar flores que ahora no valían nada. Las bancarrotas se sucedieron y golpearon a todas las clases sociales. La economía holandesa terminó en quiebra. 
Mark de Zabaleta

No hay comentarios:

Publicar un comentario