Alfred Marshall
(1842-1924) es uno de los pioneros de la Economía Neoclásica.
Para la economía clásica
el equilibrio de los precios llegaba de forma natural (la famosa “mano
invisible” de Adam Smith), e incluso Marx contemplaba un “determinismo
económico” …que llevaba a ese precio.
Con la perspectiva
Neoclásica se analiza el comportamiento de las unidades económicas que toman
las decisiones (familias, empresas…), y
este análisis llevó la Microeconomía a un primer plano.
El Ceteris Paribus (del latín, todo
lo demás constante) de Marshall establece que para analizar un problema
económico se debe asumir que todo el resto de los factores económicos
permanezcan constantes.
Y así analizaba cada
situación de manera independiente. Por
ejemplo, un consumidor puede estar dispuesto a pagar por una Coca Cola 5 euros
por la primera lata que adquiere (cuando tiene más sed); estaría dispuesto a
pagar sólo 4 por la segunda unidad de ese bien y…3 por la tercera (ya está
saciado) debido a que la utilidad que va generando es cada vez menor. Pero dado
que los Precios se fijan en el Mercado de acuerdo a la Utilidad Marginal de esa
lata de Coca Cola, dicho Consumidor podrá probablemente comprar las tres
unidades de ese bien a un precio de 3
euros. Por lo que este señor se ahorraría en la compra de tres latas 3 euros…y
tendríamos el famoso “Excedente del
Consumidor”.
Analizaba el
comportamiento de los consumidores individuales bajo este prisma de la
“utilidad marginal decreciente”, y agregaba esas tablas de datos para generar
la curva de demanda (precio/cantidad) del mercado. Pero exigía que un
determinado número de condiciones no cambiaran: los gustos, las rentas del
consumidor y los precios de los otros bienes.
Está claro que si al
consumidor le gusta la Coca Cola (más que la tónica por ejemplo), tiene dinero
suficiente para darse ese capricho, y que el vendedor de refrescos no tiene una
oferta de Pepsi a mitad de precio!...los precios del resto de bebidas
alternativas no deben variar. Y así podremos realizar un análisis riguroso.
Ese es el famoso “ceteris
paribus”
Muchos de los
instrumentos que usamos los economistas en nuestro trabajo diario (la elasticidad de la demanda, el excedente del consumidor, las curvas de oferta y demanda en comercio...)
fueron acuñados o popularizados por Alfred
Marshall.
Mark
de Zabaleta
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