Aunque
la independencia de Cataluña tuviera consecuencias económicas claramente positivas
a medio y largo plazo, principalmente al superar un importante déficit fiscal, que
actualmente obliga a la Generalitat de Cataluña a endeudarse para hacer frente
a sus obligaciones de gasto, parece que la clave de esta teórica independencia
está en el Euro.
Ciertamente el tema
fiscal podría equipararse al de las Haciendas Forales de otras Comunidades. Y
eso ya sería positivo como solución, pero…
El problema, a corto
plazo peligroso, es una salida del Euro. Los catalanes
perderían poder adquisitivo, y habría un cierto parón económico. El ejemplo de lo sucedido en Grecia ante una
salida del Euro, con “corralito” y falta de liquidez en las Entidades
Financieras es la referencia. Porque Europa se lavó las manos… ofreciendo a
Grecia ayuda humanitaria y poco más si salían del Euro.
Implantar una nueva
moneda en Cataluña podría significar la clave soberanista a través de la
independencia monetaria. Pero esto es caro y muy complicado, aunque con el paso
del tiempo todo se arregla, e incluso podría ser una interesante ventaja competitiva
cuando la situación se normalizase.
Cataluña podría ser otra
Suiza en Europa, fuera de la Comunidad y con su propia moneda.
La gestión de su masa monetaria, con tipos de interés e inflación particulares,
significaría acabar con el paro a medio plazo. Algo que España no puede hacer
desde que tiene el Euro. La curva de Philips muestra la relación
inversa entre inflación y paro. A menor inflación, mayor paro… Si todavía España tuviera
la peseta (pero dentro de la UE como Inglaterra con la libra esterlina, Suecia con la corona
sueca y Dinamarca con la corona danesa) se podrían haber controlado los tipos
de interés adecuadamente, se podría haber actuado sobre los tipos de cambio
para favorecer nuestras exportaciones junto al incremento del turismo y, sobre
todo, habríamos actuado de inmediato para superar la crisis. Pero ya no hay
vuelta atrás…
Otra alternativa para Cataluña
sería la de negociar un acuerdo monetario con la UE para seguir utilizando el
Euro (como ya hacen algunos pequeños países en Europa en base a un régimen de
supervisión y acceso a la liquidez del sistema bancario) estando fuera de la
Comunidad Económica Europea, hasta su futuro ingreso.
Aunque, posiblemente, la
mejor solución sea … “Virgencita, Virgencita, que me quede como estoy”…
Tiempo
al tiempo
Mark
de Zabaleta
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